Published:

Miriam Arthur talks about her experiences with the Masters of Science in Infant Mental Health-Developmental Practice.

Mi nombre es Miriam Arthur. Yo nací en Santiago, la ciudad más asombrosa de la República Dominicana. Me mudé a Brooklyn cuando tenía 10 años, y mi primer año de escuela en Nueva York fue muy duro. No hablaba el idioma y las clases eran muy diferentes a lo que estaba acostumbrada, pero me destaqué e incluso obtuve el primer lugar en la feria de ciencias un año después. Me gradué de la Universidad Pace en el ano 2007 con una licenciatura en Psicología Aplicada y Relaciones Humanas, y también con una subespecialidad en Español, porque me fascina leer literatura en español. Después de la Universidad y un largo noviazgo me casé y tuve dos hijas increíbles. Luego, tomé un descanso del trabajo y de mi vida típica para enfocarme en mis nuevos roles como esposa y madre. Quería ser la mejor versión de mí para mi esposo y nuestras hijas.

Cuando mi niña menor comenzó la escuela, comencé a trabajar en una clínica de psiquiatría para niños y adolescentes. Me encantaba, pero pronto me di cuenta de cuántos niños no recibían la atención adecuada porque sus padres no hablaban el mismo idioma de sus terapeutas. Mi deseo de ayudar y hacer más me llevó a querer obtener mi título de trabajadora social en la Universidad de Adelphi. Después de reunirme con la directora de mi programa y registrarme para las clases, recibí un correo electrónico del programa de  Salud Mental Infantil y programa de formación de la práctica del desarrollo (IMH-DP), un programa para aquellos interesados ​​en trabajar con niños de 0 a 5 años. Una vez que me acerqué para aprender más, me di cuenta de que esta oportunidad no solo podía abrirme nuevas puertas, sino que también me brindaría oportunidades única en la vida de ayudar y trabajar con familias de niños hispanohablantes de este grupo de edad.

Después de mi entrevista, me convertí en una de las cinco estudiantes en la segunda cohorte multidisciplinaria del programa. El programa me ha enseñado la importancia que tiene las experiencias de la vida temprana de un niño y los efectos que esas primeras experiencias pueden tener en la vida del niño. Mis experiencias en varios sitios de pasantías incluyendo una clínica pediátrica ambulatoria como parte de un hospital, un programa prekínder y una clínica comunitaria me han permitido ayudar a las familias en su idioma principal. He podido trabajar directamente con familias hispanohablantes para apoyar el desarrollo saludable de sus niños.

Al principio, el trabajo clínico fue muy difícil y cuestioné mis habilidades no estaba segura si este grupo de edad era el adecuado para mí. Lo que lo hizo más difícil fue el hecho de que mis hijas tienen la misma edad de mis clientes. Ahora que estoy en el penúltimo semestre del programa, estoy agradecida de haber aprovechado esta oportunidad y esta jornada.

La lección más importante que he aprendido hasta ahora es que para mejorar la trayectoria del desarrollo de un niño, se debe enfocar en fortalecer la relación y la calidad de la conexión emocional entre padre e hijo.

No podría haber hecho esto sin la ayuda y el apoyo de mi familia, mi cohorte, mis mentores y mis profesores. La ayuda interminable de mi familia por ayudarme a criar a mis hijas me ha permitido concentrarme en mi trabajo y en este programa. El apoyo de mi cohorte, mis mentores y profesores han hecho posible mi éxito en este programa.

Mis metas después de obtener mi Maestría en Ciencias del programa de  Salud Mental Infantil y programa de formación de la práctica del desarrollo (IMH-DP) son, obtener mi licencia clínica de trabajadora social y ser endosada como Especialista en Salud Mental Infantil y después abrir una práctica privada enfocada en Sicoterapia de Infante-Padres y Terapia de Matrimonio / Familiar.

Como esposa y madre de dos hijas, esta jornada no ha sido fácil, pero ahora, al reflexionar sobre ella, puedo ver que todo ha valido la pena.

[togglebox label=”See the English translation.” name=”q1″]

My name is Miriam Arthur. I was born and raised in Santiago, the most amazing town in the Dominican Republic. I moved to Brooklyn when I was 10 years old, and my first year of school in New York was very hard. I didn’t speak the language and the classes were very different than I was used to, but I excelled and even won first place in the science fair the year after. I graduated from Pace University in 2007 with a B.A. in Applied Psychology and Human Relations, and I also have a minor in Spanish because I love reading Spanish literature. After college, I married my longtime boyfriend, and we had two amazing children. I then took time off from work, and my typical day-to-day life to focus on my new roles as a wife and mother. I wanted to be the best version of me for my husband and our children.

When my youngest started nursery school, I started to work at a child and adolescent psychiatry clinic. I loved it there but shortly realized how many children were not getting adequate care because their parents did not speak the same language as their therapists. My desire to help and do more led me to pursue my MSW degree at Adelphi University. After meeting with my program director and registering for classes, I received an email from the Infant Mental Health-Developmental Practice (IMH-DP) Training Program, a program for those interested in working with 0-5 year olds. Once I reached out to learn more, I realized that this opportunity could not just open new doors for me, but it would also provide me with an once-in-a-lifetime opportunity to help and work with Spanish-speaking families of children of this age group.

After my interview, I became one of five students in the program’s second multidisciplinary cohort. The program has taught me how important a child’s early life experience can be and the effects that those early experiences can have on the child. My experiences at multiple internship sites including an outpatient pediatric clinic as part of a hospital, pre-k program and a community clinic have allowed me to help families in their primary language. I have been able to work directly with Spanish speaking families in supporting healthy child development. 

In the beginning, the clinical work was so difficult that I questioned my abilities and was not sure if this age group was the right fit for me. What made it harder was the fact that my children are the same age as my clients. Now that I am in my penultimate semester of the program, I am thankful to have taken on this opportunity and this journey. The most important lesson I have learned so far is that in order to improve a child’s developmental trajectory, the focus has to be placed on strengthening the relationship and the quality of attachment between the child and parent.

I could not have done this without the help and support of my family, my cohort, my mentors and my professors. My family’s endless help in assisting me in raising my children has allowed me to focus on my work in this program, and the support of my cohort, my mentors and professors have made it possible for me to be successful here.

My goals after obtaining my Master of Science degree in Infant Mental Health–Developmental Practice are to complete my MSW degree and obtain my clinical license as a social worker. I want to become endorsed as an Infant Mental Health Specialist and open up a private practice with a focus on Child-Parent Psychotherapy and Family/Marriage Therapy.

As a wife and mother of two, this journey has not been easy but now reflecting on it, I can see that it has all been worth it.[/togglebox]


For further information, please contact:

The Institute for Parenting
Linen Hall, Lower Level Room 8
p – 516.237.8513
e – theinstituteforparenting@adelphi.edu

Contact
Phone Number
More Info
Location
Levermore Hall, 205
Search Menu